Cómo convertir diapositivas en fotos digitales

(Infobae Tecnología) | Las interminables presentaciones de diapositivas con fotos de las vacaciones son, afortunadamente, cosa del pasado.

Sin embargo, estas imágenes también pueden contener valiosos recuerdos de familia o de la propia infancia. ¿Qué hace entonces alguien que no tiene ni proyector ni pantalla cuando hereda, encuentra o redescubre un tesoro de negativos o diapositivas?

Margit Hofgärtner, experta del portal informático alemán “Chip.de”, aconseja, en primer lugar, hacer una selección, lo que a muchos fotógrafos les resulta difícil.

“La digitalización cuesta tiempo y dinero, así que cada foto tiene que salir a cuenta”, asevera. La decisión de tirar o guardar se tomará con ayuda de una lupa o a simple vista.

“Si solo se tienen unas pocas diapositivas o negativos, se debería encargar su digitalización a un profesional”, aconseja Hofgärtner.

Lo mejor es probar de antemano varios proveedores y luego comparar los resultados. En el caso de los negativos, la experta recomienda recurrir siempre a servicios profesionales, ya que en estos tiene que invertirse el color, lo que dificulta el proceso.

Empresas especializadas hay de sobra. Estas suelen ofrecer sus servicios en diferentes niveles de calidad y a diferentes precios. La resolución estándar suele ser de 2700 ppp, es decir, unos 3800 por 2500 píxeles; una resolución de más calidad sería la de 4000 ppp: unos 5600 por 3700 píxeles.

“Para los que solo quieren digitalizar su archivo, una resolución baja es suficiente. Si se quieren ver las fotos más tarde en un televisor 4K de alta resolución o imprimirlas en formatos más grandes, se deberá elegir al menos 3000 ppp”, advierte Margit Hofgärtner.

Según Peter Nonhoff-Arps, de la revista especializada alemana “c’t Fotografie”, para la mayoría de las fotos familiares es suficiente una resolución media.

Para no llevarse un susto al recibir la cuenta, el experto aconseja calcular de antemano los costes aproximados: “Si se tienen muchas diapositivas, puede valer la pena comprar un escáner”.

Otras opciones son alquilar o comprar un aparato usado y venderlo después de haber escaneado todos los negativos. Los que escanean por sí mismos deben tener algo en cuenta: “Lleva mucho tiempo y requiere al menos conocimientos básicos de procesamiento de imágenes”, advierte Margit Hofgärtner.

Además de los escáneres especiales de películas o diapositivas, los escáneres planos universales también pueden equiparse con unidades de transparencia para realizar el trabajo de digitalización. Estas permiten escanear materiales transparentes positivos o negativos.

El tipo de equipo utilizado depende en gran medida de la finalidad prevista. “Para ver después unas cuantas fotos en el monitor o en el televisor, basta con una resolución baja de un aparato sencillo”, señala Nonhoff-Arps.

Los usuarios que dan más importancia a una calidad más alta suelen escanear ellos mismos en alta resolución. De hecho, hay escáneres de diapositivas económicos que parten de un precio inicial de unos 100 euros, pero solo aquellos a partir de unos 300 euros (aproximadamente 350 dólares estadounidenses) ofrecen una buena calidad.

Aquellos que dan mayor importancia a un proceso de escaneo más automatizado tienen que invertir hasta 2.000 euros y más. Estos dispositivos permiten pasar cargadores de los sistemas Universal, LKM o CS.

“Además de una alta resolución de al menos 4.000 ppp, recomiendo un escáner con eliminación automática de polvo y arañazos”, advierte Peter Nonhoff-Arps. “Esto facilita el procesamiento posterior”.

Como alternativa, el fotógrafo Daniel Wollstein, de la ciudad de Ingolstadt, recomienda eliminar el polvo y las huellas dactilares de los negativos o positivos antes de escanearlos.

La mayor desventaja de escanear uno mismo las diapositivas es que requiere mucho tiempo. “Si se quieren conseguir resultados óptimos, hay que escanear individualmente, lo que puede llevar entre tres y seis minutos por diapositiva”, señala Nonhoff-Arps.

Con los negativos, el trabajo es aún más laborioso, ya que el escáner primero tiene que convertir la imagen para mostrar el color correcto. Así y todo, hay muchos fotógrafos aficionados reacios a entregar sus originales, por lo que estos no tendrán más remedio que escanearlos ellos mismos.

“Antes de empezar a trabajar, es importante ser consciente de lo que se quiere hacer con las fotos una vez digitalizadas”, señala Daniel Wollstein. De esto depende la resolución que se elija y, por tanto, también el tiempo que se necesitará para escanear una imagen.

Hay otras formas de digitalizar diapositivas: “La opción más fácil es, sin duda, fotografiarlas con un móvil o una cámara digital”, explica Peter Nonhoff-Arps.

Para ello, se necesita una mesa de fotografía. También se puede pegar la diapositiva en un cristal por el que pase luz uniforme sin que sea luz solar directa. El experto asegura que, con este método, se pueden conseguir buenos resultados si se trabaja minuciosamente.

Según el fotógrafo Daniel Wollstein, quien esté dispuesto a gastar un poco de dinero, pero no tanto como para un escáner, puede utilizar accesorios para objetivos de cámaras digitales.

El experto advierte que, en el caso de estos accesorios, no se puede ser muy exigente en términos de calidad. Con ayuda de un trípode y un sistema de iluminación se pueden conseguir mejores resultados.

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