(Digitalis) | El Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE) revela en su último boletín de ciberseguridad que durante el año 2020 gestionó un 24% más de amenazas informáticas con respecto a 2019. Este organismo, dependiente del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación, gestionó el pasado año un total de 133.155 incidentes de ciberseguridad a través de INCIBE-CERT, el Centro de Respuesta a Incidentes de Seguridad. La gran mayoría de estos ciberataques, 106.466 de los 133.155, hace referencia a ciudadanos y empresas.
El tipo de amenaza predominante fue el malware, que representó el 35,22% de los incidentes y que escala posiciones desde la tercera a la primera. Por su parte, el 32,02% correspondía a cualquier modalidad de fraude, mientras que se detectaron sistemas vulnerables en un 17,39% de las ocasiones.
Asimismo, el INCIBE-CERT envió 853.000 notificaciones a terceros a lo largo del año 2020 con el fin de implicarles en el análisis, mitigación y resolución de los incidentes para bloquearlos antes de su propagación. Además, el organismo documentó 19.221 nuevas vulnerabilidades.
En este sentido, el INCIBE destaca la «mejora de su capacidad de detección de incidentes de ciberseguridad, fruto de la colaboración público-privada, como una barrera eficiente y la introducción de protocolos para detectar fácilmente, por ejemplo, dominios de tiendas online fraudulentas, uno de los fraudes más recurrentes en Internet».
Más ciberataques a causa de la pandemia
El cibercrimen ha encontrado un escenario propicio durante la pandemia debido a factores como la incertidumbre entre la población o el aumento del teletrabajo. Tal y como explican desde el INCIBE, los ciberdelincuentes se adaptan a la temporalidad de diversas situaciones, así que durante 2020 centraron sus esfuerzos en atacar farmacéuticas, laboratorios o proveedores.
En este contexto, el INCIBE destaca que su Línea de Ayuda en Ciberseguridad, a través del número 017, experimentó un aumento a causa de la COVID-19, atendiendo un total de 47.503 consultas. «Esta situación excepcional ha motivado que se viera incrementado el volumen de consultas en torno a temas recurrentes con el coronavirus como pretexto: suplantaciones de identidad a diferentes compañías, extorsión sexual o recopilación ilegítima de datos, entre otros», explican desde el el organismo de ciberseguridad situado en la ciudad de León.
Asimismo, el servicio Antibotnet del INCIBE, que informa acerca de amenazas o incidentes de ciberseguridad relacionados con ordenadores zombi controlados a distancia o botnets, notificó el pasado año un total de 79.059 casos a ciudadanos, a pesar de que su tasa de desinfección es cada vez mayor.
Por otro lado, el INCIBE también realiza una labora de evaluación del estado de ciberseguridad de las empresas con el fin de conocer los aspectos que debe mejorar. Así, se realizaron 10.909 autodiagnósticos y 7.859 visitas a los itinerarios interactivos de formación básica divulgativa a través de vídeos adaptados por sectores empresariales.
Formación y divulgación para los más jóvenes
El INCIBE resalta la importancia de la ciberseguridad, tanto para los ciudadanos como las empresas públicas y privadas, por lo que realiza una labor de formación destinada a este propósito y centrada particularmente en los más jóvenes.
Durante 2020, un total de 42.866 personas participaron en 1.754 acciones de sensibilización, concienciación y formación en el entorno del menor para promover el uso seguro y responsable de Internet y las nuevas tecnologías. Además, 1.000 alumnos, procedentes de 62 países diferentes, recibieron formación especializada.
El INCIBE recuerda que las herramientas de protección a las que suelen recurrir los usuarios de Internet, como antivirus para analizar y detectar malware, virus o cualquier tipo de archivo potencialmente peligroso, son necesarios aunque no son suficientes. Por tanto, el organismo de ciberseguridad recomienda el uso de otras herramientas destinadas a la limpieza y mantenimiento del dispositivo que ayuden a solventar los problemas de rendimiento derivados de la acumulación de archivos residuales y temporales.