(Xataka) | La pandemia y sus dos caras económicas. Por un lado, la de negocios como el turismo y la hostelería, grandes damnificados de los confinamientos. Por otro, la del sector de la tecnología, que ha visto un espectacular resurgimiento de las ventas de PCs y portátiles.
Eso ha tenido un impacto muy positivo para los fabricantes, pero también para los grandes protagonistas del sector. Microsoft, Intel y sobre todo AMD han cosechado resultados fiscales espectaculares tras el impacto de los confinamientos que nos han tenido teletrabajando o estudiando desde casa. De repente todo el mundo necesitaba un PC.
¿Era post-qué?
La aparición y éxito rotundo de los smartphones y las tabletas hizo que muchos mataran al PC antes de tiempo. Se iniciaba teóricamente esa era “post PC” —una falacia de primer nivel— que condenaba al equipo de sobremesa y al portátil al ostracismo y a un segundo plano cada vez más debilitado.
Las ventas de PCs y portátiles ciertamente se resintieron: la caída era sostenida y clara, y aunque había algún que otro rebrote de ventas, la tendencia ha sido durante años evidente. Los PCs ya no importaban tanto, pero al contrario de lo que muchoso decían, eso no significaba que el PC estuviera (ni mucho menos) muerto y enterrado.
Lo cierto es que los PCs nunca han dejado de importar. Es cierto que el móvil se ha convertido para muchos en sustituto del ordenador para muchos escenarios, pero la pandemia de COVID-19 lo ha cambiado todo.
El mayor experimento de teletrabajo de la historia ha hecho que de repente (casi) todo el mundo necesite un PC o un portátil para trabajar o estudiar desde casa.
Los confinamientos no han hecho más que impulsar la venta de PCs, y los fabricantes se han visto sometidos a una demanda a la que casi ni podían hacer frente: les quitaban los PCs de las manos casi literalmente.
Todos esos fabricantes se han beneficiado de esa enorme demanda de PCs y portátiles, pero por encima de ellos ha habido tres ejemplos claros del impacto de una pandemia que ha hecho que el PC resurja como un peculiar ave fénix.
Microsoft, Intel y AMD como grandes beneficiados
Estas tres empresas han presentado resultados fiscales para el primer trimestre de 2021, y todas ellas dejan claro que la pandemia ha sido una involuntaria (y trágica) ayuda para sus divisiones dedicadas al PC.
La división PCG de Intel creció un 8% respecto al primer trimestre de 2020 e ingresó 10.600 millones de dólares. Pat Gelsinger explicaba de hecho que las cosas se mantendrán así los próximos meses y que 2021 se está perfilando como el mayor en ventas de PCs en toda la historia.
En Microsoft la apuesta es a servicios, desde luego, pero lo cierto es que su división Surface no ha ido nada mal. Los ingresos debidos a estos productos crecieron un 12%, y formaron parte de un crecimiento espectacular del negocio global del 19% para unos ingresos globales en el primer trimestre de 41,700 millones de dólares.
Pero la mayor beneficiada aquí ha sido sin duda AMD, cuyos ingresos han aumentado un 93% (o lo que es lo mismo, casi se han doblado) de un año a otro. Eso no es nada si tenemos en cuenta que su división Computing and Graphics (responsable de los Ryzen y las Radeon) ha crecido un 46% respecto al mismo periodo del año pasado.
Desde luego en el caso de AMD no hay muchas sorpresas: la firma tuvo un 2020 imperial en el que el lanzamiento de sus Ryzen 4000 y sus Ryzen 5000 le han dado la vuelta a la tortilla. Intel, que se había dormido en los laureles y peligraba, parece haber reaccionado por fin con el cambio de CEO, pero está claro que la empresa liderada por Lisa Su está haciendo las cosas muy bien.
Este espectacular momento por el que pasa el mercado del PC es además menos espectacular de lo que debería: la escasez de chips ha hecho que muchos fabricantes tengan problemas de inventario y de suministro, lo que sin duda ha frenado unas ventas que ya de por sí han sido fantásticas. Lo mejor de todo (para esas empresas) es que todo apunta a que los próximos meses esa demanda no bajará.