(Infobae) / Ómicron resultó no solo ser una nueva variante del virus SARS-CoV-2 que ha despertado las alertas de todo el mundo, sino también una criptomoneda que se sincronizó con las noticias y ha crecido exponencialmente.
Tras el anuncio oficial de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de la nueva variante, los mercados mundiales e incluso Las criptomonedas como el bitcoin bajaron.
Sin embargo, Omicron, que lleva el mismo nombre que la nueva cepa descubierta en Sudáfrica del COVID-19, comenzó a crecer y expandirse pese a que antes se había mantenido entre las poco populares.
De acuerdo con Forbes, mientras que el bitcoin tuvo una caída en sus precios por hasta el 5% en solo unas horas, la pequeña criptomoneda Omicron (Omic), tuvo una sorpresiva subida de hasta casi el 500% desde que la OMS nombró a la nueva variante de ese modo.
De ese modo, en un periodo de dos días alcanzó un valor máximo de 711 dólares, pese a que en sus inicios se había cotizado de forma estable entre 65 y 70 dólares. No obstante, sigue cambiando su precio, pues hasta este 30 de noviembre se colocó en 299 dólares, según CoinMarketCap.
Omicron se describe como una moneda descentralizada disponible en Arbitrum Network1. Cada token está respaldado por una canasta de activos, lo que quiere decir que le otorga un valor intrínseco del cual no puede caer a pesar de que haya fluctuaciones en la bolsa.
El tempestivo aumento de la criptomoneda Omicron ha recordado a todos los interesados en el sector, el caso de la criptodivisa SQUID basada en la popular serie de Netflix, Squid Game (Juego del Calamar) que también creció en un corto periodo de tiempo.
El desenlace de esta última fue casi igual de trágica que el de la propia serie, pues sus creadores retiraron los activos de sus inversores, dejándolos sin dinero y sin criptomonedas.
Esta práctica es conocida como “Rug Pull” (retirar la alfombra bajo los pies de los inversores, ndlr), está muy extendida en el mundo de las monedas virtuales. Hasta el momento no ha sido objeto de persecución judicial.
En ese sentido, los interesados en las criptodivisas han recordado lo recientemente ocurrido con SQUID, sin embargo, los especialistas no han encontrado nada malo en Omic.
En el último año, varias criptomonedas se aprovecharon de los temas que estuvieran de moda en el momento para usarlas como nombre. Algunos de ellos fue shiba inu que terminó por ser la competencia del dodge coin.
Mientras tanto el bitcoin, la criptomoneda más famosa y usada para transacciones cayó luego del anuncio de la OMS. Además, no parece haber tenido una recuperación.
“La noticia de una nueva variante de COVID proveniente de Sudáfrica llevó a la venta masiva de una amplia base en todas las clases de activos”, dijo para Forbes, Martha Reyes, jefe de investigación de la corredora e intercambio de activos digitales Bequant.
Según Bloomberg, a principios de la otra semana, los analistas citaron una serie de obstáculos para las criptomonedas, como los requisitos de declaración de impuestos de EE.UU. para las monedas digitales y la intensificación de las medidas reguladoras de China. Ahora, la perspectiva de una nueva cepa de virus corre el riesgo de socavar la liquidez y el apetito de riesgo del sector especulativo.
Por ahora, el retroceso de bitcoin es un espectáculo secundario frente a las caídas del mercado global debido a la nueva variante identificada como B.1.1.529 a medida que las autoridades se apresuran a actualizar las políticas de viajes transfronterizos. (Con información de Reuters y Bloomberg)